Parques y jardines que no te puedes perder en la provincia de Málaga
Algunos de ellos tiene siglos de historia, otros cuentan con una interesante colección de especies vegetales y los hay que incluso se inspiran en lugares exóticos
Además de la ciudad de Málaga, que atesora importantes zonas verdes singulares y con historia, como el Parque o el Jardín Botánico de la Concepción, el resto de la provincia cuenta también con importantes vergeles que no siempre son bien conocidos. Algunos de ellos tiene siglos de historia, otros cuentan con una interesante colección de especies vegetales y los hay que incluso se inspiran en lugares exóticos. Todos ellos son visitables, aunque los hay que tienen un horario restringido e incluso requieren el pago de una entrada. En esta relación se podrán ver algunos de los más interesantes, su ubicación y sus características más importantes.
En una de las avenidas principales de Alhaurín de la Torre se puede visitar gratuitamente el jardín de la Finca El Portón, que fue cedida al Ayuntamiento por la familia Robinson. Allí, además de ver un cuidado jardín, se puede asistir a un interesante calendario de actividades culturales, ya que cuenta con su propio auditorio. En verano, además del Festival de la Torre del Cante, allí hay conciertos de jazz. Su visita está restringida, ya que normalmente sólo se puede visitar de lunes a viernes, tanto por la mañana como por la tarde y los sábados por la tarde. En los meses de julio y agosto, sus horarios pueden variar. Por otra parte, sobresale en el centro del pueblo el Parque Municipal, donde se reúnen, en torno a una cascada de agua y un estanque, varias especies botánicas singulares, como ficus, palmeras, rosales o árboles del paraíso.
En el corazón de Ronda, muy cerca del Tajo y más aún de la plaza de toros, se puede ver un espectacular jardín botánico que tiene su origen en el siglo XIX. Se trata de un parque peatonal, conocida antaño como la Alameda de San Carlos, que tiene una espectacular panorámica del entorno de esta ciudad monumental. Pero esas vistas no pueden eclipsar al importante legado botánico que se conserva en este vergel. Así, además de un enorme pino piñonero, allí sobresalen ejemplares de otras especies, como un exótico cedro del Himalaya o una acacia de tres espinas. A ello hay que unir estatuas dedicadas a personajes célebres de la ciudad. El acceso a la Alameda del Tajo es libre y gratuito..
Con una superficie de 74.000 metros cuadrados, el conocido como Parque de la Batería se convierte en una de las grandes zonas verdes de la Costa del Sol. Situado cerca de Montemar, en el municipio de Torremolinos, este enclave cuenta con varios caminos y senderos secundarios que invitan a recorrer todos sus rincones e infraestructura, como un inmenso lago y su torre mirador. En este recinto también se podrán ver los cañones usados en la batería defensiva que se instaló en aquel punto en el año 1.937.
Entre las urbanizaciones alhaurinas de Cortijos del Sol y El Lagar, aguarda una singular zona verde de inspiración japonesa. Inaugurado en el año 2011, este espacio verde cuenta con una superficie aproximada de doce mil metros cuadrados, en los que se pueden ver numerosos elementos que evocan a la cultura nipona, como pagodas y puentes de estilo oriental. Además, cuenta con bonitas cascadas y una zona para la diversión de los más pequeños. Al igual que otros jardines, se puede visitar de martes a domingo (de 11 a 20 horas, actualmente).
Situado junto al restaurante Hacienda Los Conejitos, en las afueras de Álora, se puede visitar un jardín que tiene un objetivo muy pedagógico, ya que está especialmente orientado a las visitas de escolares. Se trata del Guadalhorce Arboretum, una iniciativa del mencionado establecimiento de restauración, que también ofrece a sus clientes la posibilidad de conocer el importante repertorio botánico autóctono. En un bonito olivar, se pueden ver desde plantas aromáticas hasta cítricos, todos ellos correctamente identificados. El jardín cuenta con un programa educativo, en el que tienen cabida la diversión y el aprendizaje.
Por historia y por superficie es el Parque de la Paloma, situado en el término municipal de Benalmádena, es el más importante de la Costa del Sol. Cuenta con una extensión aproximada de doscientos mil metros cuadrados, en los que se pueden encontrar desde bonitos senderos, parques infantiles, singulares especies botánicas y un lago artificial. Además, una de sus peculiaridades está no sólo en su tamaño sino en que alberga animales en semilibertad, lo que es un atractivo para el público infantil. Desde gallinas a conejos enanos pasando por pavos reales o patos se pueden ver por sus bonitos jardines. Sólo cierra al público por las noches.
Vertiginosas cascadas, árboles que dan sombra y arbustos autóctonos son algunos de los atractivos que invitan a recorrer esta zona verde de Alhaurín El Grande, que tiene una extensión superior a los cuatro mil metros cuadrados. Además, cuenta una zona de esparcimiento pensada para el público infantil. Situado en uno de los extremos del casco urbano, este parque es de acceso libre y gratuito.
Otro vergel histórico de la Costa del Sol es el que se puede visitar en el entorno del Palacio de Congresos de Torremolinos, el jardín botánico del Molino de Inca, que tiene una superficie de 40.000 metros cuadrados. El principal atractivo está en ver allí más de medio millar de especies botánicas distintas y un restaurado molino de harina. En torno a ellos, hay pequeños lagos, saltos de agua y un laberinto natural de distintas plantas. Se puede acceder a él pagando una entrada de 3 euros (los empadronados de Torremolinos abonarán sólo uno). Su horario de apertura es de mañana y tarde de martes a domingo (lunes cerrado).
Aunque esta ciudad de la Costa del Sol cuenta con otras zonas verdes espectaculares, como el Parque de San Isidro, destaca especialmente en los últimos años la apertura del conocido como Orchidarium de Estepona. Se trata de un edificio con unos quince mil metros cúbicos de volumen, en el que se pueden ver unas cinco mil especies botánicas, de las que más de un millar son orquídeas procedentes de distintos puntos del planeta. Además, es un lugar idónoe para pasear o hacer fotografías, ya que en su interior cuenta con un lago y una cascada de unos quince metros de altura. Además, a un paso se puede visitar el casco antiguo de Estepona, que es conocido actualmente como el Jardín de la Costa del Sol, por las numerosas macetas y plantas que adornan estas céntricas calles.
En la comarca de la Sierra de las Nieves, hay un espacio reservado para insólitas especies vegetales. Se trata de la colección de cactus y otras plantas suculentas situados en un jardín situado frente al casco urbano de Casarabonela. Allí aguardan más de dos millares de tipos distintos de estas plantas tan singulares. Esta colección fue iniciada por Edwige Bravard y Joan Gabriel Mora, un matrimonio apasionado por los cactus, que a mediados de la década de los años noventa decidió instalarse en este pueblo malagueño. Está abierto al público todos los días de la semana, salvo el lunes. La entrada normal tiene un precio de 3 euros, mientras que hay tarifas reducidas para jubilados y niños. Además de poder ver una colección única en Europa, se pueden comprar ejemplares de muchas de estas plantas.
En el corazón de Coín, se puede ver uno de sus espacios verdes más emblemáticos, ubicado donde siglos antes hubo un importante convento. Se trata del Parque de San Agustín, que, a pesar de no ser de grandes dimensiones, cuenta con un atractivo especial gracias a que en él se pueden ver algunos árboles oriundos de la India y otros del Mediterráneo más oriental, como los estoraques. Estos últimos son centenarios y proporcionan sombra a este pequeño vergel del Valle del Guadalhorce.
Aunque esta ciudad de la Costa del Sol cuenta con numerosos espacios verdes emblemáticos, como el parque del Arroyo de la Represa o el del Vigil de Quiñones, hay que destacar especialmente su céntrico paseo de la Alameda, que es uno de los más antiguos de la provincia de Málaga. Su origen hay que buscarlo en unos álamos negros que se plantaron en el siglo XVIII. De hecho, hoy se conserva una fuente que fue construida en el año 1762, que es conocida por los marbellíes como ‘La Pila’. Claro está, en este parque peatonal y de acceso libre y gratuito, se pueden encontrar árboles centenarios, como algunas araucarias y plátanos de sombra.
Situado a pocos metros de la Cueva del Tesoro, este espacio abierto de 90.000 metros cuadrados de superficie es un buen ejemplo de cómo conservar el patrimonio prehistórico y hacerlo compatible con el uso sociocultural. La difusión científica constituye el eje de este recinto, en el que se ha recuperado la superficie geomorfológico original y la vegetación mediterránea autóctona. En su interior hay una réplica exacta de la pared de la Cueva de La Victoria, una gruta subterránea en la que se han encontrado pinturas rupestres. Además de contar con diversa flora autóctona, el recinto incluye unos caminos que están delimitados con roca natural, todo ellos destinado a producir el menor impacto medioambiental posible.
En la ciudad de Ronda también se pueden ver unos jardines históricos, los que se encuentran en la conocida como Casa del Rey Moro. En esta finca privada, que sirve para acceder a la mina que desciende por el Tajo hasta el cauce del Guadalevín, se puede ver una zona verde distribuida en terrazas, donde el agua es un elemento vertebrador. Fueron diseñados hace ya casi un siglo por el arquitecto y paisajista francés Jean Claude Forestier por encargo de la entonces propietaria del inmueble, la Duquesa de Parcent. Para ver este jardín habrá que pagar la correspondiente entrada a este atractivo turístico, cinco euros (incluye también visita a la mina).
En Benalmádena Pueblo el visitante está obligado a pasear no sólo por sus calles sino también por su principal zona verde, los conocidos como Jardines del Muro. Gracias a su ubicación elevada, este vergel ofrece una bonita vista panorámica de la costa benalmadense sino también la costa africana o el Peñón de Gibraltar -en los días claros-. Eso sí, buena parte de su atractivo está en los jardines que en su día diseñó el artista canario César Manrique. Además, hay que tener en cuenta de que se trata de un lugar histórico, ya que está situado junto a las murallas de la antigua ciudad árabe.
A los pies de las ruinas del castillo de Casarabonela, se puede ver el Jardín Andallusí -también conocido como Islámico-, que intenta recrear lo que bien podría haber sido un vergel de la época medieval. Aunque cuenta con apenas 400 metros cuadrados, allí se puede ver una interesante diversidad botánica. Así, por ejemplo, hay distintas plantas aromáticas y medicinales, que eran aprovechadas en el antiguo Al-Ándalus. Además, no faltan árboles vinculados a aquella etapa de la historia, como los naranjos y las higueras.
Fuente: http://www.diariosur.es/planes/parques-jardines-puedes-20180524201604-nt.html.-